"La mujer durmiente", de Pierre-Auguste Renoir
...Así se conocieron Elena y su vecino. Lo primero que él dijo fue:
- Tiene usted la costumbre de echarse atrás. Empieza a andar y se echa atrás. Eso está muy mal; es el primero de los crímenes contra la vida. Yo creo en la audacia.
- Las personan expresan su audacia de diversas maneras -objetó Elena-. Yo acostumbro a echarme atrás, como usted dice, pero entonces me voy a casa y escribo un libro que se convierte en una obsesión para los censores.
- Eso es malgastar las fuerzas naturales. - Pero yo utilizo mi libro como si fuera dinamita, lo coloco donde quiero que se produzca la explosión, y me abro paso a través de ella.
Mientras pronunciaba estas palabras, sonó una explosión en algún lugar de la montaña, donde se estaba abriendo una carretera, y se echaron a reír por la coincidencia...
Annais Nin
"Delta de Venus. Cuentos eróticos"
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